los jinetes de esqueleto
van galopando hasta la muralla de carbon
ya no confian en sus caballos negros
tan negros que se vuelven blancos
el soplo de los castillos de colores
quiebra las voces de todos los idiomas
y el silbido de la tormenta
acaricia a la nieve
arde la luna
y su reflejo en el agua se torna rojo
y los peces se defienden con escudos y espadas
de el perfume de las velas
los destellos del cielo
asustan a los ejercitos perdidos en el desierto
perdidos por buscar labios con olor a canela
y ojos con mirada caleidoscopica
todos las palabras se hacen humo
en los oidos de los titeres
y nadie los mueve de sus celdas
y nadie deja entrar a la noche pintada de verde
una risa tan triste como el mar
invoco a los sonidos del invierno
los guerreros abandonaron las torres de topacios
y el fuego beso a los esclavos de sus sueños
van galopando hasta la muralla de carbon
ya no confian en sus caballos negros
tan negros que se vuelven blancos
el soplo de los castillos de colores
quiebra las voces de todos los idiomas
y el silbido de la tormenta
acaricia a la nieve
arde la luna
y su reflejo en el agua se torna rojo
y los peces se defienden con escudos y espadas
de el perfume de las velas
los destellos del cielo
asustan a los ejercitos perdidos en el desierto
perdidos por buscar labios con olor a canela
y ojos con mirada caleidoscopica
todos las palabras se hacen humo
en los oidos de los titeres
y nadie los mueve de sus celdas
y nadie deja entrar a la noche pintada de verde
una risa tan triste como el mar
invoco a los sonidos del invierno
los guerreros abandonaron las torres de topacios
y el fuego beso a los esclavos de sus sueños