domingo, 5 de abril de 2009

he perdido mi apetito por la voz del oraculo
ahora todas tus palabras tienen soluciones matematicas
mi aura a sido de todos los colores
menos los del arcoiris sostenido por columnas de marmol
pero aun tengo guardado en lo mas profundo de mi necedad
a la bestia dormida que sueña con arcangeles freneticos
y con jaurias de lobos blancos entrenados para matar lentamente

extraño los tiempos en que nadie sabia su nombre
esos tiempos en donde todo el mundo bailaba de rabia y odio
las balas de recuerdos se clavaban en los corazones
y todos los ojos se movian borrachos entre los gritos
esos tiempos en donde los relojes de arena funcionaban al reves
y habian desfiles tan caoticos como el silencio

revoloteaba como una mosca fosforecente
alrededor de todos los vicios existentes
y de otros inventados tambien
mientras las nubes cortaban la luna
como una daga cortando un ojo en una noche de lluvia

recuerdo esos dias
en donde estaba intoxicado con el perfume de la ciudad derretida
una ciudad de calles confuzas y estrechas
donde en lo profundo vivia un leviatan cansado de las risas burlonas
y de los maniquies que miraban desde las ventanas

los pulpos se enroscaban en los postes
esperando al crepusculo ensangrentado
para nadar hacia los arrecifes destruidos
por la mirada de las serpientes
serpientes sin veneno
serpientes sin colmillos

pero aun guardo mis recuerdos
encadenados a una escultura con un corazon lleno de licor
y confio mis tesoros a un arlequin de pupilas esquizofrenicas
esperando a que las caravanas sonambulas
me lleven a un horizonte envuelto en llamas

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